jueves, 26 de junio de 2014

TUS LIBERTADES


Aunque soy consciente de que mi opinión cabe en un sobre, me voy a permitir explayarme acerca de cómo son tus libertades.

Tus libertades son de verticales ascendentes, de aires sin espinas que acogen tu extendida e inmóvil presencia, tu silenciosa mirada, tu latente mensaje de telas de afecto, tus grises hermosuras...
 
 
Tus libertades son como los bailes de una cobra real: precisas, elegantes, de poderoso veneno... letales. Son libertades globosas, solitarias, terminales, intensas, agradables… son pues eso, libertades.

Tus libertades tienen sus extremos en el cielo, no en tierra firme, para que vueles alto, muy alto; para que te balancees en tu propio infinito, con movimientos pendulares monocordes que salen de ti y vuelve a ti; para que juegues con corrientes de aire que conspiren a favor y te lleven hasta allá donde jamás nadie llegó; para que toques los picos de las estrellas y desveles sus secretos; para que todos los astros se rindan a tu luz.
 
 
Tus libertades se componen de vuelos insubordinados, atrevidos, desenfrenados; son vuelos al través, inclinados, marcando perpendiculares ante Dios... vuelos con sensaciones gratificantes de identidad, con visiones del mundo que convienen a tu insumisión. Son vuelos que asumen una ideología y te inscriben a movimientos que articulan y legitiman tu franqueza.

Tus libertades son aires atmosféricos que te llevan como nube móvil: suave, sin destino, anarquizando los azules que cobijan a la humanidad; son agitaciones variables de ánimos que explosionan y multiplican tu persona por trillones; son reflejos acristalados de luna llena en los lomos de los inmensos mares, dando vida, llevando una luz de esperanza allá donde hay oscuridad. Tus libertades son así, son también mucho más, nada menos.
 
 
Tus libertades son como la rosa náutica, rosa de los vientos, esfera de luna que duerme en el estanque del amor, círculo que engloba los treinta y dos rumbos en los que se divide la vuelta del horizonte. Y es que, tus libertades, se hacen eternas en cada fracción de tiempo, se renuevan y vuelve a aspirar, porque tus libertades son apasionadas, incombustibles, extensas e imprecisas ante la vista de quien trate de amarte mal.

Tus libertades son una síntesis de sensaciones, simultáneas e ilocalizables, vaporosas, de ritmos desiguales, tendentes al optimismo, con un punto de locura que nace de la cordura; tus libertades son rayos de sol sobre tu piel, blancos e intangibles, que te hacen luminiscente ante los oscuros de los adversos. Tus libertades son tal cual, como tú las sientes, pero como nadie las ve... excepto yo.

Y es que tus libertades son un conjunto de creencias extrañas contrarias a la razón, que huyen de supersticiones y potencian tu ser alado. Te empujan hacia lejanías altas, difusas, imposibles de encontrar, pero por eso, porque tus libertades son ilimitadas, no conocen techo. Claro, tus libertades son inmanentes a tu esencia como Ser, por eso llegan antes que tú y se van después de ti, son inabarcables.
 
 
Al fin y al cabo, tus libertades, mito o realidad, son eso, son ritmos naturales de tu cuerpo que se adaptan al ritmo natural de la vida.

Suéltate el pelo y sé hada, no dejes nunca de brillar con luz propia, sé eternamente estrella errante...

Anda préstame tus ojos, déjame tu mirada de capas temporales, que yo también quiero tener una visión del mundo como la tuya.

Tus libertades son eso... y algo más.