martes, 31 de mayo de 2011

BALCONES EN EL CIELO

Hierba verde fresca, caricia mojada de mayo. Espalda posada sobre colchón herbáceo mullido, aroma húmedo manchado de esmeraldas. Falda de montaña que me alberga, que me ciñe parcialmente con telas de araña de nueva savia que germinan de su matriz. Me siento como una sombra que aparece sobre una piedra preciosa, oscureciendo sus luces. Miro horizontes verticales ascendentes que me devuelven imágenes claras de mi vida, veo tantas cosas en el camino, tantas alegrías, tantas penas, tanto amor que recibí... Abro los ojos y veo otra cosa.

Cielo lejano copado de nubes de vientre negro, con bordes plateados perfectamente definidos; previsibles, como la vida de un pobre. Nubes que no amenazan a nadie, pero que invierten la visión del mundo; nubes de espaldas quemadas por un sol que quiere iluminar mi vida, pero que no lo dejan; nubes que son espejos de ilusiones donde miro para verte, pero me devuelven más nubes.

Flores globosas y solitarias hermosean los paisajes que yo miro, de un blanco virginal, incólume. Su olor intenso es llevado por aires lejanos que penetran en mi interior en forma de espiral. Magnolia de tronco liso que me acompaña y busca su protagonismo. Circundada por retamas floreadas que lucen racimos laterales de flores amarillas. La hoja verde de la magnolia media entre la lucha de las flores y añade deleite espiritual a mi mirada. Así es más fácil enamorarse. Mis sentimientos, en su cobijo, bambolean durante un tiempo. Me devuelve a la realidad el sonido de las hojas verderojizas, que tocan sus palmas azuzadas por el aire. Y ya en la realidad te veo a mi lado mirándome y pidiéndome que siempre te quiera, que sea sólo para ti.

La esperanza perfumada de la magnolia me saca los clavos de mi soledad, hace que se eleven mis pasiones y que sienta un deseo casi incontrolable por ti. Los arroyos siguen lanzando su agua babeada y emiten ruidos diferentes. Es como si cada cauce fuera un coro que entona una melodía distinta, un concierto titulado “Los cantos del agua”. Allí arriba vale todo, hasta la anárquica composición musicada del agua cantarina. La nota diferencial que aporta el relincho de un caballo salvaje me indica que es la hora de bajar de las alturas.

Una corriente de aire impulsa y hace irregular el vuelo de varias aves, pero eso será un capítulo de sus vidas que se contará en otros lugares... yo ahí ya no estaré presente.

domingo, 15 de mayo de 2011

BAÑADO DE LUZ

Cuando ya no queda nada, cuando el silencio se hace insoportable; cuando cae el telón y al otro lado ya solo permanece el vacío... y en tu lado también; cuando abres la cortina y tras ella te recibe y te saluda el colmillo sangriento de la soledad; cuando el alma cruel de una mentira fulmina tu capacidad de elección; cuando miras a tu alrededor y en todas las coordenadas ves tu propia cara demacrada, al tiempo que se escuchan risas estridentes de ultratumba; cuando sientes que tu mirada ya no mira, que tu voz ya no se escucha, que tu fuerza se acaba, que tu piel ya no siente, que tu boca ya no habla, que tus pies ya no caminan; cuando sientas todo eso, entonces, significará que habrás iniciado el camino de la muerte.

Cuando pierdes la capacidad de reír o de llorar con el recuerdo; cuando notas cómo tus ilusiones se marchitan como preciosas rosas de jarrón; cuando observas que tu alegría va cayendo al sumidero del olvido como gotitas perladas de sudor; cuando tus sonrisas terminan su andadura en las sendas cortadas de la tristeza; cuando tu compañía no suma, sino que resta y perjudica; cuando tu presencia represente la incomodidad y el desasosiego de quien un día te amó; cuando tus palabras ya no sean esperadas en ninguna parte; cuando tus caricias arañen los cuerpos que toquen; cuando tus huellas dejen de ser indelebles en los corazones que en tiempos hiciste florecer; cuando todo eso ocurra, entonces, habrás entrado en un cese irreversible de tus funciones vitales.

Cuando en tu frente ya no existan horizontes sostenibles; cuando tu esperanza ya no te sirva como único remedio para hacer soportable las miserias de tu vida; cuando no vuelvas a vivir amaneceres; cuando los campos queden secos a tu paso; cuando tus ánimos solo emprendan vuelos turbulentos; cuando no sepas que las letras sirven para componer palabras de amor; cuando sientas que el amor no es algo espontáneo y apliques al mismo metodologías que puedan resultar convenientes, pero que tan sólo te hagan sufrir profundamente; cuando no vivas el encanto, la armonía y lo sublime de lo simple; cuando no puedas parar de buscar algo que jamás llegará; cuando tus propias acciones pulvericen tu felicidad, tu libertad interior; cuando tengas estas vivencias, entonces, tu cuerpo permanecerá en la tierra y tu alma volará ya por aires muy lejanos, con los vientos de otros universos…