Pues bien, una vez desmitificado este mundo y divinizada la
profesión de prostituta, pasamos ya a contar el curioso hecho que inspiró esta
entrada de blog.
Olegario el Moscas
es un asiduo cliente de un puticlub determinado ubicado en la zona Oeste de la península
Ibérica (no puedo concretar más, porque debo guardar la debida discreción).
Este buen ciudadano se me quejaba recientemente de que su puta de referencia se
había cogido unos días de vacaciones y que él se sentía huérfano en el terreno
sexual. Y también en el sentimental.
-
¿Sabih, Primitivu, que se ha cogíu unuh
díah de vacacionih la Catina? – me informó.
-
¿Quién, la puta? – interrogué.
-
No seah tan bruhcu, no la llamih así
–me censuró.
-
Ay, perdón Olegario, pero no te
preocupes que lo digo sin connotación negativa, con todos los respetos, ¡eh! No
obstante, no te preocupes que no vuelvo a utilizar esa expresión – apostillé.
Ante esta información y en medio de una tarde lluviosa de
sábado, decidí proponerle a Olegario visitar una localidad cercana, dar un
paseo y merendar unos churros con chocolate. Y este aceptó.
Durante el viaje me hizo una curiosa y nostálgica
retrospectiva de su pasado putero.
-
Con la peseta era mejó, ¿sabih? Jodíah
por cuatru perrah.
-
Toma claro, Olegario, bien me creo yo
que los precios de la jodienda se hayan ido también actualizando en base al
IPC.
-
Yo me acuerdu cuandu yo iba al Lux May
y, claru, hasta que cobrabah no teníah ni un putu duru y dejabah a debé loh
polvuh. El hombri se portaba bien, te loh apuntaba en un cuadernu y al final
del meh ibah a jodé otra veh y ya le pagabah.
-
Ya, ya me lo has contado alguna vez.
Bueno, eran otros tiempos, Olegario.
Tras un apacible paseo con paraguas, Olegario el Moscas me apremió a tomarnos pronto
la merienda, porque él tenía pensado ir al cine, a la sesión de las ocho.
Y durante la merienda, de manera sorpresiva, se produjo un
intercambio de mensajes de texto vía móvil entre una interlocutora muy especial
y el propio Olegario, lo que logró terminar con la consternación y la pesadumbre
que lo asolaba. Era Catia, la puta albana que ocupaba sus pensamientos… Y tal
vez algo más.
Me fue mostrando dichos mensajes en tiempo real, los cuales
transcribo a continuación literalmente:
o
Catia: Hola ya estoy aki
y tengo gana de verte besos dulce como tu ji ji ji ji.
o
Olegario: ahhh
no se si creerte. puede ser que me acerque luego o mañana.
o
Catia: Ok esta nochey
mejor creme.
o
Olegario: jijiji
como quieras. voy al cine a las 8 y luego te veo creo…. jjjjj.
o
Catia: Ok yo estare
esperándote despos te vienes y asemos una peli porno je je je je.
o
Olegario: espero
que sea buena j j j aunque no me gusta ver ese genero pero si practicarlo j j
j.
o
Catia: Claro lo asemos
tu y yo la peli je je je.
o
Olegario: por
cierto ayer estuve ahí tomando una copa
jjjj.
o
Catia: y con kien meas
poesto los cornos te mato jo jo jo.
o
Olegario: pregunta
y te sorprenderas jjjjj eso no te lo puedo decir.
o
Catia: Me dijo ke no
suvistes teas portado bien je je je.
o
Olegario: acertaste
mi corazón es solo tuyo jjjj.
o
Olegario: y lo demás
también jijijiji.
Así terminó esta primera tanda de sms, que se produjeron en
mi presencia. Los que copio a continuación me los dejó ver Olegario al día
siguiente y se los intercambiaron estando él ya en el cine.
o
Catia: No se acavado la
peli ke espero la mia jo jo jo.
o
Olegario: no.
sigo en el cine pero me han llamado para tomar algo. no se si podre ir. si no
te veo mañana.
o
Catia: Ok besos dulce.
o
Olegario: si
quieres te voy a recoger cuando termines y te quedas en mi casa.
o
Catia: Otro dia ke oy estoy
cansada de viaje vale te espero maniana. Que pases boena noche y ke soenias con
migo.
o
Olegario: me lo
pensare. mañana pueden pasar muchas cosas j j j j.
o
Catia: No no maniana te
vienes tu y el domingo ok. El domingo yo si no, no ai trato tu el primero y
despoes la gica.
o
Olegario: ya
hablaremos no te entiendo bien.
o
Catia: Ablaremos no
maniana te vienes y maniana me entiendes mejor je je je.
Y aquí terminó esta amena y alegre conversación entre
Olegario el Moscas y su querida puta.
Lo que pasó después, evidentemente, yo lo sé, pero creo que no aporta nada de
valor a esta entrada de blog, por tanto, lo guardo para mí.
Sin embargo, las historias de los nobles, las del cura don
Lorenzo Milani y sus alumnos de Barbiana y las de Olegario el Moscas y
Catia, son el más fiel testimonio de que las putas son atemporales,
interclasistas, versátiles, curativas... HUMANAS.
¡Ah, lo olvidaba: y de Dios, las putas son también de Dios!